Soy una persona comprometida con la restauración integral del ser humano, uniendo los principios de la teología cristiana con los fundamentos de la psicología. Creo que cada persona lleva consigo tanto heridas emocionales como profundas cuestiones espirituales que necesitan ser atendidas —y que la verdadera sanidad solo ocurre cuando cuerpo, mente y espíritu caminan en armonía.

Este proyecto nació del deseo de ofrecer un espacio seguro, donde la fe y la ciencia no se contradicen, sino que se enriquecen mutuamente. La teología me ha revelado mi identidad en Dios, mi propósito y el valor eterno que tengo como hija amada. La psicología, por su parte, me ha ayudado a comprender los procesos internos, los patrones de pensamiento, las emociones y los comportamientos que muchas veces están marcados por el dolor, el miedo o experiencias del pasado.

Trabajo con el corazón abierto a escuchar, acompañar y hablar con verdad. Entiendo que no basta solo con “orar más”, ni únicamente con “hablar del problema”: necesitamos mirar hacia nuestro interior con valentía, y también levantar la mirada hacia Dios con esperanza.

Mi misión es caminar contigo hacia una vida emocional y espiritualmente libre, ayudándote a encontrar sentido, sanidad y propósito —como Dios lo soñó para ti desde el principio.